Tuesday, January 09, 2007

David Bowie



DAVID BOWIE: 60 años de reinvención continua
El músico más cambiante de la historia del rock celebra su sexagésimo cumpleaños.08.01.2007
Es un lugar común de la prensa vincular a David Bowie con la figura de un camaleón, dada su probada capacidad para cambiar de estilo y apariencia. Sin embargo, si analizamos esa idea en detalle veremos cuán errónea es: la habilidad del animalito en cuestión consiste en mutar para mimetizarse con su entorno, mientras que la de David Robert Jones (tal su verdadero nombre) reside en reinventarse para ponerse un paso por delante de los que lo rodean, para abrir caminos, para marcar tendencias. Bowie no cambia para adaptarse a lo nuevo: el concepto de “nuevo” dentro del rock viene cambiando desde hace 35 años para seguirle el rastro a Bowie.Las variaciones creativas de este artista que hoy celebra su 60º cumpleaños son infinitas. La primera encarnación de su carrera fue la de un cantautor acústico que, pese al carácter pastoral de sus canciones, era demasiado freak para ser ubicado dentro del pelotón de singer songwriters sensibles de fines de los ‘60. A esta etapa pertenece su hit “Space oddity”, la historia de un astronauta que pierde el control de su nave y se extravía en el espacio sideral. Ya en la década siguiente, Bowie cambia la paz de su guitarra acústica por la pujanza eléctrica del guitarrista Mick Ronson y comienza a provocar con su androginia, tomando elementos del look de las divas hollywoodenses de los ’40 (su favorita era Marlene Dietrich) y grabando álbumes como The man who sold the world y Hunky dory. Dos canciones se destacan dentro de esta faceta: “Changes” y “Life on Mars?”.Su sexualidad ambigua, su obsesión con la temática espacial y sus coqueteos con el glam rock derivan en la que para muchos es su obra cumbre: el LP conceptual The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972). Allí adopta como alter ego a un cantante alienígena que llega a la Tierra a liberar a la humanidad, pero que termina siendo destruido por sus vicios de rock star y despedazado por sus propios fans. Tras retirar a Ziggy Stardust, Bowie se volcó a una variante de la música negra que llamó “plastic soul” (el álbum más representativo de esta etapa es Young americans, del ‘75) y luego adoptó una denominación conocida como The Thin White Duke (“el Delgado Duque Blanco”), una encarnación oscura y estilizada que tuvo su epítome en Station to station (1976).Acosado por las drogas y seducido por la vanguardia musical alemana, David cambió de forma una vez más: se mudó a Berlín y editó tres discos influidos por el krautrock llamados Low, Heroes y Lodger. No obstante, haciendo gala de su perpetua incomodidad, la densidad no tardaría en desaparecer: el Bowie de los primeros ’70 era un as del baile, extrovertido y luminoso. ¿El mejor ejemplo? Let’s dance, de 1983.Este nuevo sonido lo convirtió en una mega estrella de estadios, acción a la que, una vez más, reaccionó: a fines de la década desestimó su status de super estrella individual y se refugió en una banda llamada Tin Machine. Con ellos grabó dos álbumes de estudio y uno en vivo, y presagió lo que poco después se conocería como grunge (el mismísimo Kurt Cobain reconoció fan del grupo en su diario íntimo). Se sabe que cuando los músicos alcanzan la mediana edad suelen caer en la comodidad, vivir de la nostalgia y refritar sus viejos éxitos. Sin embargo, Bowie pasó los ’90 mutando radicalmente de disco en disco: en Black Tie White Noise (‘93) incursionó en el jazz, el soul y hasta el hip hop; en Outside (’94) se volcó a los sonidos industriales; y en Earthling (’97) sorprendió a todos metiéndose de lleno en el jungle y el drum and bass.La última de sus etapas la marca otra trilogía: Hours (‘99), Heathen (’02) y Reality (’03). En ella asume su condición de clásico y se relaja para hacer lo que, a fin de cuentas, nunca dejó de hacer: buenas canciones. Entre todo esto, Bowie se hizo tiempo para llevar adelante una fructífera carrera en la actuación, con recordados papeles en películas como La última tentación de Cristo, Laberinto y –recientemente– El gran truco.Influencia para músicos tan disímiles como Marilyn Manson, Placebo y Gustavo Cerati, el artista más inquieto de la historia del rock celebra su sexagésimo cumpleaños tomándose un descanso de los escenarios y los estudios de grabación. Sin embargo, a nadie le quepa duda alguna: David Bowie tiene varios ases más bajo la manga. La llegada de su próxima encarnación es sólo cuestión de tiempo.Diego Mancusi

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